jueves, 15 de noviembre de 2007

Muerte

“Su temor no era a la muerte, sino a la eternidad”

Eso fue lo único que logré leer cuando volteaba a ver a una mujer cualquiera leyendo un libro cualquiera junto a mi en el autobús de camino al trabajo. Me gustó porque es de esas frases que hacen a uno romper la inercia del sueño y forzar un poco que la rueda del ratón gire.

Yo

domingo, 11 de noviembre de 2007

Sentir


Son de esos días donde algo dentro se enciende, desencadenados por hechos aparentemente fortuitos que unidos despiertan cierta conciencia que no dura mucho mas de unos momentos en la mayoría de los casos y que, de durar, podrían convertirse en algo importante.

Es por eso que me apuro en escribir en estos momentos ya que, con la mente inundada de ideas entremezcladas, trato de transcribir alguna de estas antes que desaparezcan.

Me he dado cuenta que no recuerdo la última vez en que algo de verdad me apasiona, que hundo la cabeza en algo el tiempo suficiente como para creer firmemente que lo conozco a
profundidad. Que he sido un joven que, aunque tiene lo que presumiblemente se necesita para crear o apoyar un cambio, ocupo mi tiempo en cosas más gratificantes en carne y menos en espíritu. Demasiadas fiestas, pornografía y alcohol y no mucho que valga la pena en realidad. Potencial desperdiciado, no hay nada peor que eso, bueno si, mucho peor es tener conciencia de eso.

Por lo que me queda decir en este momento y antes de regresar inevitablemente a lo habitual de un domingo por la noche es que espero que desde mañana pueda empezar a hacer algo de lo que me sienta satisfecho, más allá de los placeres carnales, algo que de verdad me haga sentir…



viernes, 2 de noviembre de 2007

De regreso a Madrid

Quién diría que regresaría a España, después de haber jurado no pisar terreno Ibérico por mucho muchísimo tiempo. Que qué hago aquí? Tratando de establecerme por un tiempo indefinido, que no significa que sean muchos años, gracias a que conseguí una muy buena oportunidad de trabajo.

La historia, sin muchas vueltas, va más o menos así: Cuando terminé la maestría en Julio del 2006, tuve mi primera entrevista de trabajo en mucho tiempo. Cuatro horas de exámenes, entrevistas, focus groups, escritos, exámenes y demás cosas que hacen los de RRHH para comprobar tu templanza y asegurarse que tienes lo que hace falta…

Fuimos convocadas varias personas de la maestrías, así que después de semana y media de cruel espera, me llaman para avisarme que he pasado a cuartos de final, a la ronda siguiente, a la entrevista personal con quien podría ser mi jefe, o el jefe de mi jefe.

Una hora y cuarto de interrogatorio, par que después de ese día, nada, ni llamado, ni mail, ni señales de humo ni naa de ná. Cuando perdí las esperanzas definitivamente fue cuando una compañera mía recibió la iluminación, aquel llamado, “Felicidades, contratada”.

Y yo, después de infortunios y negativas de diferentes empresas en España, tomé mis chivas y me regresé pitando a México, no del todo feliz con la madre patria.

Así que empecé a hacer mi vida en la ciudad de los tacos al pastor por un periodo de un año y dos meses. Cual es mi sorpresa cuando una llamada a las 4:30 AM y despertando hasta al perro, se escucha un familiar aunque lejano acento característico de aquellos Hispano hablantes Ibéricos. “Carlos, que tal, habla ______ de RRHH para preguntarte si sigues interesado en incorporarte con nosotros” a lo que asombrado, adormilado y porque no decirlo, credísimo (ya que era la madrugada de un viernes) dije “ehhh ?(lagaña), ahhh, cof cof, este, claro que sí, estoy muy interesado” “A vale Carlos, gracias”

Tres meses después, estoy sentado en el balcón del departamento de un amigo, viendo las luces de las afueras de Madrid, esperando que den las 11 de la noche para salir de marcha…

Saludos a la banda;

Yo